Espero que la gente interesada en las montañas, sepa disculpar mi atrevimiento porque por una vez, y sin que sirva de precedente, no voy ha hablar de la Pedriza, pues finalizado el mes playero por excelencia, volvemos a pisar el rutinario suelo recordando que, en estos días de septiembre, hace setenta años, Hitler declaró la guerra a Polonia iniciando oficialmente la segunda guerra mundial.
Es necesario decir que no hemos aprendido absolutamente nada de las macabras lecciones, que los años siguientes a 1.939, nos ofreció por segunda vez en el siglo XX el fantasma de la guerra, con el escalofriante coste de cientos de millones de de seres humanos muertos, mutilados, y aniquilados socialmente para el resto de sus vidas. Debería estremecernos el solo recuerdo de toda esa gente inocente que "regaló" sus vidas a los elocuentes y malvados egoístas que bajo el pretexto de una gloriosa y justa causa, exigieron nuestra mas valiosa posesión, pero lejos de hacerlo continuamos aclamando a aquellos que elocuentemente nos siguen reclamando nuestras vidas, a cambio de una sociedad mas "justa y gloriosa".
Hoy los europeos setenta años después, hemos enviado la guerra a casa de los miserables, las bombas no amenazan nuestros tejados, y los muertos son tan pobres y lejanos que no reparamos en ellos ni en sus pueblos, y a menudo nos causan risa sus ilegibles nombres. Aquí ahora peleamos por entender inespugnables ecuaciones que explican por que baja el IPC, por tratar de comprender por que nuestras posesiones ya no tienen el valor dinerario que dimos por ellas. Las guerras están lejos, pero sus consecuencias empiezan a llegar a nuestras playas a bordo de tenebrosas lanchas de desembarco, y muchos empiezan ya a saborear la escasez donde hasta ahora reinaba el cuerno de la abundancia.
Hoy tenemos una oportunidad. Luchar por una causa que es justa pero no es gloriosa: Luchar por bajarnos de los hombros de los miserables para equilibrar la ofensiva balanza de la pobreza. Luchar por una causa gloriosa, la mas gloriosa: prolongar la supervivencia de los seres vivos en la tierra combatiendo con dureza el desastre que en el medio natural, ese que pertenece a todos los que respiran, provoca nuestra forma de vida, y contra aquellos que intentan convencernos de que no existe otro camino, de que no se puede detener el progreso, de que es necesario que muchos, paguen los excesos de unos pocos. Hoy tenemos la obligación, de desenmascarar a esos supuestos congéneres sin escrúpulos, que parapetados en las fortalezas de sus sociedades anónimas globales, deciden cuantos van a morir hoy.
...It was dark all around,
here was frost in the ground
When the tigers broke free.
And no one survived
From the Royal Fusiliers Company C.
They were all left behind,
Most of them dead,
The rest of them dying.
And that's how the High Command
Took my daddy from me.
Roger Waters
1 comentario:
Excelente.
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