¿Qué es un alpinista?


¿Cuál es mi definición de alpinista, qué es para mí un gran alpinista? me preguntan. Yo como hábil político intento ganar tiempo respondiendo con otra pregunta: ¿Quien lo pregunta?

Debemos ser cuidadosos porque una pregunta compleja no puede ser respondida de forma simple, y esta pregunta además es doblemente compleja. El motivo de interesarme por quien hace la dichosa pregunta no es baladí, pues habrá una respuesta u otra dependiendo de quien la haga.  De ese modo si el que pregunta no es alpinista, le contesto:

 - Coge una mochila, un bocadillo y vete a subir montañas. No tardarás en encontrar la respuesta, luego discutimos el concepto.

Total si no es alpinista no seguirá mi consejo, porque lo más probable es que lo de los alpinistas le traiga al fresco. Sin embargo si el interesado es alpinista, la cosa es más complicada; como sigo siendo hábil político mi objetivo es no pringarme, evitar a toda costa tomar partido, así mi respuesta es:

- El alpinismo es una actividad deportiva que tiene como fin ascender montañas escarpadas, y por lo tanto un alpinista es una persona que practica el alpinismo.

Y me quedo tan ancho; algún quisquilloso añadiría: ...en los Alpes, y tal vez tendría razón, pero es lo de menos. En fin, con mi digna respuesta no solo evito cualquier discrepancia o debate sino que además de zanjar la cuestión de un plumazo, demuestro lo listo que soy. Pero aún me queda la segunda parte de pregunta; lo más sencillo es completar la primera respuesta:

- Una persona que practica el alpinismo a lo grande.

Todo esto estaría muy bien si el que hace la pregunta no jugara con las cartas marcadas, porque esa es la realidad. El interrogador no necesita evaluar mis conocimientos enciclopédicos, lo que quiere saber es si soy sincero, si soy consecuente con mis palabras, si tengo una ligera idea de lo que hablo, en definitiva, si tengo un ápice de credibilidad, si merece la pena perder un minuto en mis lecturas, si no soy un farsante más de los que se hacinan en la red de redes ocultos tras su ordenador. Para su mejor comprensión he de aclarar que soy alpinista de acuerdo con la definición, pero juego en una liga regional muy alejado de las grandes ligas, soy lo que se podría llamar "un modesto montañero".

Yo sigo con mi política, no me mojo. El sabe lo que define a un alpinista, sabe lo que es grandeza porque la posee, sabe que lo extraordinario huele, se saborea, y brilla alrededor de quien la tiene, imprime carácter y ejerce un poderoso magnetismo en quienes no la tenemos, pero es consciente de que nos hace soñar, que quizá algún día la podríamos tener. Ser grande no tiene oficio, alpinista, barrendero, albañil...la grandeza se tiene, o se carece de ella, y  los simples mortales la podemos perseguir, o nos podemos refugiar a la sombra de los que la poseen.


Un día escribí: "Soñar es gratis, pero vivir la vida con dignidad es altamente costoso" y eso es grandeza, mantener una vida repleta de sinceridad y respeto, y por supuesto ser consecuente con tus actos hacia los demás. Mi locura es  escribir, y en mi desesperación busco apasionadamente interesar a alguien con mis palabras, alguien que me haga preguntas con doble filo, gente que me cuestione, que cuestione mis intenciones. Es toda una satisfacción cuando aparece alguien así, es la respuesta a tus oraciones porque cuando llega ese momento te transformas en
Lot, y habrás encontrado un justo que pondrá algo más lejos  la destrucción de Sodoma y Gomorra.

César Pérez de Tudela





Sígueme por el camino,  difícil y tortuoso
Que marca mi destino.
Vente por el laberinto, intrincado y misterioso

Donde nos lleve el instinto.

¿Hubiera sido todo igual? Es de suponer que sí; sin embargo la historia nos recuerda que de todo lo que sucede hay alguien responsable, alguien a quien señalaremos con el dedo, alguien a quien recordaremos el resto de nuestras vidas por lo que hizo.

En 1970 el conocimiento que yo tenía de la Pedriza, era de aquel sitio mágico adonde lavar el coche, ese coche utilitario recién comprado, mientras las tiras de panceta, en España todavía no se había inventado el "beicon", crepitaban en la parrilla, y las botellas de gaseosa y vino peleón (aquí no estoy del todo seguro pero creo que no se habían inventado los botellines) se refrescaban en las frías aguas del Manzanares cerca de Canto cochino. Crecí delante de un televisor en blanco y negro; sentado frente a él en el tresillo de eskay, rellenaba a borbotones mi cerebro de fantasía con mis personajes favoritos: El hombre de los pájaros, la mamá del millón... y como no allí estaba él, con aquella nariz de águila culebrera, y con su mirada perdida. buceando constantemente entre sus pensamientos mientras hablaba, como si tuviera miedo de no hacerse entender por sus interlocutores, era César, "el Tudela" como le llamábamos siempre.

¿Cómo era posible estar dotado con semejante enciclopedia en la cabeza ? y lo que es más, ¿cómo se puede responder con tanto aplomo a tan dificilísimas preguntas? Debía tratarse de un gran hombre, un hombre eminente, y vaya si lo es.

A  través de las nieves en los crudos inviernos
A  través del infierno.
Juntos vamos a hacer de la desdicha suerte
Y  juntos estaremos hasta la muerte. Y  juntos estaremos… hasta la muerte.

Como los grandes siempre controvertido, centro geométrico de las criticas y núcleo de la envidia, pero indiscutido en su ámbito, querido en su entorno. Así somos los españoles, vehementes y viscerales. En 1935 Teógenes y su cuadrilla le dio una vuelta de tuerca al funambulismo de altura en el risco del Pájaro, en la insólita Pedriza del Manzanares, tal fue la dichosa vuelta que tuvieron que transcurrir veinticuatro años y una guerra civil, para que otra cuadrilla de alucinados se atreviera con sus verticales vidrieras, esta vez por las llambrías del sol naciente:
           
            "Comenzamos subiendo las primeras placas, y nos enfrentamos a un paisaje muy duro (...) que catalogamos de sexto grado"
 (César Pérez de Tudela, 32 sedas de la vertical - César Castro)

¡Sexto grado, qué barbaridad! ¿Qué diablos es "sexto grado"?, nos preguntábamos los imberbes usuarios del sonajero, pues eso es lo que Pedro Ramos, Miguel A. Herrero, y César Pérez de Tudela hicieron aquel verano no muy lejos de mi casa en el barrio de Chamberí. Había montañas junto a mi barrio y fue César quien nos lo dijo. En el sesenta y nueve protagonista en la primera desgracia radiada en la montaña, participó junto a otros insignes en la tragedia de Lastra y Arrabal en la oeste del Picu. En 1970 la polémica:

             "Sobrevivió tras seis días y seis noches sin refugio alguno, saco de dormir, que se había llevado su compañero el famoso alpinista y explorador italiano W. Bonatti, descendiendo solo por ventisqueros y precipicios, ríos y cataratas, en valles entonces desconocidos. No comió nada en seis días. Fue víctima de un estado "hipnagógico" de alucinaciones y ensueños." (¿Qué pasó en el   Aconcagua?)

En 1971 la desgracia. En una expedición al Tirich Mir muere Elena, el diario Pueblo publica: "Elena, atracción de los nativos" en un artículo firmado por el Mogoteras, su buen amigo Paco. La prensa siembre ahí, su sombra y su talismán

 En febrero del setenta y tres con un formidable despliegue mediático, se encaramó al estrellato en aquella losa grisácea de los Picos de Europa con José A. Lucas, el murciano, y el Ardilla; fanfarrias y cohetes para los héroes en Cabrales.

            "A lo largo de veinte jornadas, la televisión pública -la única que había    entonces- informó de la escalada en todos los telediarios, los principales rotativos y periódicos dieron cumplida cuenta a diario de los sucesos del Naranjo. Tanto fue así, que las retransmisiones desde Picos despertaban mayor  expectación que los partidos de fútbol”.

Sígueme por ventisqueros, por quebradas y glaciares
por peligrosos senderos.
A través de los mares, proceloso  y fieros
de mis muchos pesares.

Los que nunca soñamos con gestas ahora si éramos capaces, ahora podéis, parecía decirnos, y con apenas unos pelillos bajo la nariz, seguíamos sin dudar a su estandarte. Gloria y tragedia, triunfo y desastre, siempre él siempre allí, en el foco, a pecho descubierto. Para recibir flores y escuchar insultos, siempre él. Toda una vida dedicada a la difícil tarea de la comprensión, de abrir caminos y mentes de allanar la senda a los demás. Mil gracias César, eres sin yo saberlo ni tú ser consciente, mi mentor.

A  través de paisajes calcinados y yertos
a través del desierto.
Juntos vamos a hacer de la desdicha suerte
y juntos estaremos hasta la muerte
y juntos estaremos… hasta la muerte”.

                                                                                         Carmen Santonja / Gloria van Aersen
  

Sueños de invierno



José Luis García Gallego


Desde aquel preciso instante en el que Alfred Schulze colocara aquella clavija para descender del Naranjo de Bulnes, la escalada se dislocó lentamente en dos variantes: escalada libre, y escalada artificial. Desde aquel día la evolución en el uso de materiales, ya sea para la progresión, o para mejorar la seguridad en las paredes fue constante y en pocas décadas aquellas míticas e inexpugnables paredes fueron vencidas una detrás de otra.
A finales de los sesenta una corriente de escaladores, gracias a las mejoras en el calzado y en la seguridad, tomó la determinación de abrir un nuevo camino en el que los medios artificiales para la progresión quedaban fuera de juego, dejando a la escalada “artificial” en un plano secundario, condenada al ostracismo, y las “liberaciones” tomaron un protagonismo inmediato y cualquier cosa que no fuera escalada en libre, o estaba mal vista o pendiente de liberar.

En la década prodigiosa de la escalada libre, los años ochenta, solo algunos románticos se atrevían con los estribos de aluminio; a menudo denostados, tratados de albañiles de la montaña, o simplemente considerados como los dinosaurios de la escalada, mantuvieron un estilo que casi todos profetizaron en vías de extinción. Y en ese contexto dos escaladores murcianos José Luis García Gallego y Miguel Angel Díez Vives en un esfuerzo sin parangón hoy en día, elevaron el rango de la escalada artificial hasta la categoría de arte. En marzo de 1.983 comenzaron una travesía por la cara oeste del Urriellu, bajo la placa de la Bermeja, que les llevaría hasta la cumbre sesenta y nueve días después, manteniendo una permanencia en una pared que nadie hoy ha superado. Esta es su historia.
Miguel Angel Diez Vives
Hace 28 años  el periodista de radio  José Mª García,  en su programa “Hora 25 ”de la Cadena Ser,  interrumpía su discurso  de fútbol  para conectar directamente con  los  dos escaladores murcianos, que trataban de abrir una vía,  en pleno Invierno,  en la pared Oeste del Naranjo de Bulnes.  La escalada que entonces se  practicaba,  contenía,  dentro de sus principios,  uno básico: solo perforar la pared con el burilador, cuando  fuera estrictamente necesario para poder proseguir por la vertical. José María García se comunicaba con José Luis y Miguel Ángel a través de un radioaficionado de LLanes,  Nacho Torre.

En su brutal empresa José L. García Gallego y su compañero Miguel A. Díez de veinticuatro años de edad, y estudiantes universitarios formaban parte de un equipo de seis personas; ellos en la pared, Paco Rodríguez Gordillo, José Antonio Navarro, y Pablo Fernández en la logística, y Nacho Torre a la radio en Llanes – permítanme que le considere parte del equipo-. Este grupo de apoyo merece desde mi humilde punto de vista un tratamiento especial, pues no se trató de un mero punto de abastecimiento durante algunos días, fueron sesenta y nueve días de pleno esfuerzo.

Para mejor situar en su contexto lo arriesgado de su empresa, y por ende el mérito de su éxito, puede recordarse el rosario de víctimas mortales que para entonces, año 1.983, ya se había cobrado el Picu Urriellu. Berrio, Ortiz, Arrabal... eran nombres frescos en el recuerdo de los aficionados. En algunos medios informativos no era infrecuente calificar de “montaña asesina” al coloso calizo de los Picos. Y en ese caldo de cultivo la pareja de murcianos da a conocer su proyecto.

Lo peor de todo fue que nos coincidió con uno de los inviernos más crudos que se recordaban en Asturias», relata José Luis desde su domicilio murciano. Las autoridades del Principado”, continúa el montañero, “eran muy reacias a concedernos el permiso de escalada. Argumentaban que la región estaba prácticamente incomunicada y que todos sus efectivos de Protección Civil estarían ocupados en caso de un eventual rescate. Fue un tira y afloja muy tenso, en el que finalmente pudimos salirnos con la nuestra”. 

¿Que he hecho yo para merecer esto?



Siempre he tenido suerte en la vida, y cada vez que se me venía el mundo encima la Diosa de la fortuna ha extendido su manto para echarme un capote. Dejé el instituto con trece años de edad para dedicar mi vida a trabajar en un proyecto de aniquilamiento cerebral  con unas perspectivas de éxito garantizado. Cuando todo parecía que se iba a resolver satisfactoriamente, es decir, que se confirmaba que ingresaría de inmediato en el mundo de los imbéciles, un buen amigo me llevó al monte, lo que dio a mi vida un giro de 180º.

Durante unos pocos meses el hecho probado de que no sería capaz de proveerme ni siquiera  del material básico imprescindible – tenía un chubasquero de segunda mano, un trozo de cuerda de perlón también de segunda mano, y algunas clavijas fabricadas artesanalmente con marcos de ventana – mis deseos de seguir practicando la escalada de disolvían con la misma velocidad que una pastilla de bicarbonato sódico en un vaso de agua. Pero he aquí que la diosa de antes volvió a fichar para ocuparse de mi caso, y en esta ocasión me presentó a Loquillo en la base la pared de Santillana. Era un tipo elegante y de aspecto atlético, el maestro de ceremonias fue un amigo común, Jaime se llamaba, conocido por “grados” que E.P.D. Yo no sabía quién era el tal Loquillo, pero después de ver lo que hacía por la placa que hay a la derecha del canalizo de entrada, me dije: Mamá yo quiero ser como este”.

Años después de idas y venidas, de conocer mundo gracias a esta abnegada actividad, que una vez que te engancha es muy difícil que te suelte, a lo más que llegué fue a formar parte de la tercera división en la liga de los trepas de este país, pero lo bueno de este deporte es que como no hay público, no hay medallas, ni te reciben los presidentes del gobierno, salvo honrosas excepciones, pues ahí te quedas, disfrutando del paisaje, pero que casualidad, como llevaba mucho tiempo pasándomelo de cine, y con el color de cara de la mismísima Heidi, unos serios problemas de salud me enviaron directamente a ver los partidos desde el gallinero. Mi vida volvió a caer en picado, a trastornos de esos que curan los psiquiatras, solo gracias a que mis ingresos no me procuraron nunca una asistencia continuada a esos grandes profesionales, creo que sigo cuerdo.

Menos mal que ahí estaba, infatigable al desaliento, dispuesta como el primer día mi amiga la fortuna. Volví a reunirme por pura casualidad con viejos amigos a quienes no veía desde hacía algún tiempo, los hermanos Maxi y Paco Murcia; hablamos y me presenté un día en “Espacio acción” para saludarles y por qué no decirlo para llorarle a alguien, desahogarme un rato y volver a mis miserias. Esta gente forma parte de la elite, a unos les gustaran y a otros no, pero están en primera, recordé a Loquillo y me picó el gusanillo; tras unos días viéndonos Maxi me dijo: -¿Te gustaría escalar?- Me lo pensé, y me dije - como gustarme sí, pero soy una piltrafa-. Con las mismas un tío que no tiene tiempo ni para mirársela, con objetivos deportivos a años luz de los míos, dedicó un domingo para escalar conmigo en el Pico de la Miel. Días después su hermano Paco, hizo lo propio en la sacrosanta iglesia de la escalada castellana, en los Galayos. Volamos por la Rivas de la María Luisa, lo que de un plumazo me concedió un billete de vuelta al mundo.

Hoy un “amigo” del Facebook, al ver su cara entre montones de celebridades en un fotomontaje graciosillo, me agradece el gesto en un comentario, y me dice que no cree ser merecedor de estar allí compartiendo el Olimpo entre los grandes, y me ha hecho reflexionar: ¿Qué he hecho yo para merecer todos esos momentos de fortuna, que han impedido mi hundimiento hasta los abismos más impenetrables? Nada. Por más que lo pienso, no he hecho absolutamente nada.

El amigo de la red social en cuestión se llama Daniel Guirles, y pienso responder contundentemente a su duda. Ud. Sr. Guirles es un ejemplo de libro, una de esas personas con una visión lo más parecida a la de Julio Verne  en aquellos días de los setenta, a tres galaxias de distancia de  la que gozábamos el resto de los madrileños, es verdad que no era el único, tirando del carro estaban el Calavera, el propio Loquillo, Tino, Culebras, el Mogo, Lucas, etc.; pero lo de plantarse frente a la cara sur del Yelmo, para concebir un camino desde la tierra al cielo con ligeras curvas en plan Nadia Comaneci, permítame que le diga Sr. Guirles, le hace merecedor de estar en cualquier galería de personalidades a todo lo largo y ancho del planeta.

Eso es lo mejor de ser montañero, porque yo lo que soy realmente es montañero, me quedé sin remedio anclado en el VIº, es decir en los números romanos, lo que no me permite ser un moderno escalador; y lo que me hace grande, es mantener presente a toda esa genta a la que he conocido y que jamás me ha abandonado, gente que me ha ofrecido motivos más que suficientes no solo para seguir viviendo, sino para seguir evolucionando; ver escalar a Jesús Gálvez, conocer los Picos de Europa gracias a Silvino Ronda,  escuchar consejos de mi buen amigo el malogrado Guillermo Mateos, el recuerdo de  tantas noches junto a los que he extendido mi adorado Caucasiano de color azul…

Quiero decirles a todos los que creen que no tienen derecho a estar ahí, que miren a su alrededor, porque a lo mejor tienen delante la solución pero no la reconocen; luchar nunca conduce al éxito en solitario, así que si alguna vez te preguntas ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Tal vez la respuesta esté entre tus  amigos, tus buenos amigos.

Un soñador que escalaba

La señal telegráfica percibida a través de la cuerda, muda en frívola cualquier comunicación verbal. Hace un rato que no ves al compañero, ha desaparecido tras un desplome pero sabes que está montando la reunión. Eso es fácil, no tiene cuerda, de pronto, recoge medio metro. Ya se ancló. Suena la voz del colega ¡Suelta! Está preparando tu aseguramiento y medio minuto más tarde, en tu cabeza, ya lo ves con el cigarrillo en la boca y comienzas a retirar tu anclaje ¡Sube! Correcto, en tiempo y forma.


Hace ya algún tiempo, cuando empecé a escribir este blog, lo último que se me pasó por la cabeza es qué iba a terminar escribiendo necrológicas: José Angel Lucas, El miembro, etc. y hace un par de días leo que ha fallecido Alfredo Iñiguez "Fredo", uno de los aguerridos, uno de los que se dio el gustazo el año 80 de poner su nombre en el Picu, y me dije: -tienes que escribir otra necrológica- pero no, estoy harto de necrológicas, este buen hombre fue mi maestro en la literatura de montaña, creo que de no haber leído aquella entrada en su web: "cuerdas y alianzas" no habría escrito ni diez renglones.

Todos pensarán que es el cerebro el que manda, yo que no entiendo de biología, tengo claro quien mandaba en Fredo: sus manos, y que me perdonen aquellos que no estén de acuerdo conmigo, pero yo imagino sus manos deslizándose con igual finura por las ásperas calizas de los Picos, que por las alineadas teclas de un ordenador, veo sus dedos bailando al dictado de las armonías que se ocultan en las montañas al común de los mortales, veo en mí la pérdida del maestro.

Solo hace unos días que le he citado en uno de mis trabajos, en el hablo de los Picos de Europa, y que mejor manera de hacerlo que imitando sus textos. Fredo imaginó a la Peña Santa como dama de honor de la Marmolada, y yo soy testigo de que así es, Descansa en paz Alfredo Iñiguez, pero mantente vigilante, los aspirantes a cualquier cosa aún te necesitamos. 

Luis González Alvarez "Pato"

ESTAMOS HARTITOS DE QUE:

- Un menda por llevar una mochila y botas por el campo sea calificado de "montañero"

-  Un menda por llevar un arnés y pies de gato sea calificado de "escalador"

-  En la montaña, lo único políticamente correcto, sea ser senderista amante de la naturaleza

- Un "escalador" tiene que ser por cojones "deportivo"; vamos como si no existieran otros con derecho de autor

-  Un espacio natural protegido sea un parque temático para gente que passssa de la naturaleza y que los que passssan de la naturaleza sean los que dirigen los espacios naturales protegidos

-  Pongan los espacios naturales protegidos en donde estamos nosotros y no en donde está ARAMON, o un rocódromo (por ejemplo). ! Joder ! que hagan en el Santiago Bernabéu (y toos los demás)un acuífero para patos y la tribuna de observatorio de aves, o que los cotos de caza sean reservas naturales y de la biosfera (donde va el Rey a cazar es cojonuda en valores ecológicos y es hipersegura para especies en peligro de extinción)

-  La Ley 4/1989 del 27 de marzo (por cierto, además es el cumpleaños de mi suegra) siga sin incluir al colectivo montañero como "actividad tradicional" dentro de los espacios naturales protegidos y, por tanto, SIN derecho a voz y voto en los patronatos que regulan las normas de estos espacios naturales (PRUG), como SÍ TIENEN los pescadores, cazadores, ganaderos y agricultores

- Ecologistas-ultras y a la par asesores de políticos, nos estén jodiendo por culpa de los que parecen montañeros y escaladores (que también ya les vale). Que digo yo majete, que ya que tienes influencias, porque no le dices al político que asesoras, que termine !YA!, pero ya, con vertidos contaminantes, centrales nucleares, emisiones de industria y un largo etcétera; de paso, le comentas que muchos de los responsables de los AUTÉNTICOS PROBLEMAS MEDIOAMBIENTALES, van a cazar a los cotos y de paso se meten en espacios naturales protegidos a controlar el exceso de población de las especies repobladas y !zas! palma una osa (por ejemplo) porque se parecía a una cabra.

-  No nos hagan caso, cuando reclamamos que se metan especies depredadoras en los espacios naturales protegidos, para que sean más "naturales" que ahora y de paso, acabamos con el paro en un par de domingos. Seguro que además se acaba con la masificación e impacto ambiental que nos atribuyen a nosotros.

-  Nos toquen los güevos con que van a cobrar los rescates, cada vez que tienen que sacar a un payaso que se ha perdido por culpa del ministerio de medio ambiente, que manda oleadas de masas humanas en plan desembarco a todos los espacios naturales protegidos, por aquello del "desarrollo sostenible"

- La federación que más nos ampara sea la de Fútbol. ¿O es que hay una de montaña? (no sé, por eso pregunto y tal)

-  A estas alturas de la presentación, aún no sepas de que coño vamos ... !Sí TÚ, el que esta leyendo!... y yo tenga que estar aquí explicando y perdiendo el tiempo porque estas hoy un poco espeso;!joder! 

Si tienes más de 18 años, eres católico, conservador, estas federado, votas en OT y/o ves GH, eres chapero, dejas colillas en el monte, tu perro es un coñazo, tu móvil más pesao que tu perro, eres adicto al gimnasio y usas dietas, has hecho un curso o has contratado a un guía/monitor titulado y homologado, sueñas con una tal "Hilti" que te haga famoso, vas a manifestaciones autorizadas, sueles visitar parajes protegidos en grupos de 20 con cicerone ecológico a 30€/persona, piensas que el hombre es una kaka y tu una tierna mariposa de la biodiversidad sostenida por el interés económico, eres un mamón que se está forrando a costa de otros, no has plantao nunca una tienda en espacios naturales protegidos por principios, pasas de las prohibiciones que coartan tu libertad, no tienes ni idea de comportarte en libertad, te has/han pagado al contado un viaje al Himalaya para dejar un bote en el CB, eres político, dentista o famoso, y además, careces de sentido de humor…  NO LO DUDES, pasa p'a dentro que estás en tu casa.


Viaje a las montañas.
Web de la "Mano negra" 2004


Por obra y gracia de Luis González Alvarez "Pato", aunque ahora se hace llamar "el Centinela González". Cosas de la edad supongo. 


La biografía de este tío es como la mía: de andar por casa, pero a la hora de de exponer la realidad, no hay quien lo iguale. Es un maestro de la divulgación. Hay personas a las que se conoce por sus palabras, y este personaje que dice verdades como puños, en cuestión de análisis es un filón. Debo señalar que centenares de personas estarían encantados de colgarle de alguna picota, pero es lo que hay cuando metes el dedo en la llaga.
  
Llevaba tiempo detrás de reeditar esta joya, así que no me ha quedado más remedio que rescatar del cinturón de asteroides internetero; esta declaración tan vigente hoy, como la mismísima prima del riesgo. Gracias Luis.



Ya era hora



Parece ser que no todo el mundo es tan ignorante como nos han intentado hacer creer. Es importante afrontar el cambio social, apoyar el cambio de modelo económico, en resumen apoyar la lucha por un futuro para todos.
Yo estoy con ellos, ¡adelante!

Tiempos modernos

Recientemente hice un comentario en una página amiga, acerca de la manera de comportarse (deportivamente hablando) en los recorridos por la Pedriza, más concretamente en el uso del GPS y otros implementos técnicos de uso corriente hoy en día.
Un lector de aquella página amiga, me recriminó el hecho de recomendar inopinadamente, aventurarse en los confines pedriceros desarmados de cualquier tecnología a disposición de los usuarios, incitando al personal a sufrir tremendas desgracias, por acudir a las peligrosas montañas carentes de los mínimos equipamientos  tecnológicos.




 Me gustaría dar aquí mi humilde opinión,  respecto a cómo creo yo que hoy día la gente acude al monte.  Muchos de nosotros consideramos la montaña como una forma de expresión, una manera de superarse, un modo de escapar por un rato a la cruda realidad del mundo que nos rodea, y en ocasiones, por qué no, una agradable manera de pasar un domingo.


Complicarnos la vida está en nuestra naturaleza, y cada vez que resolvemos un problema, alcanzamos un objetivo, o cumplimos un sueño, obtenemos premio; nos sentimos satisfechos, aun sabiendo que no saldremos en televisión ni obtendremos un suculento premio en metálico. El premio es la satisfacción, la satisfacción de haber conseguido algo con nuestro esfuerzo y sin haberle hecho daño a nadie. Yo personalmente le doy cuanto más valor, si para ello he recibido la menor ayuda artificial posible, porque lo que realmente aprecio es mi habilidad, y el apoyo que me proporcionan mis compañeros. Pero es una decisión personal, y a mí nadie me obliga.

Las reseñas escritas, las explicaciones de aquellos que  fueron antes que tú, la documentación de la tarea a realizar, son necesarias, y de un valor incalculable, pero en la Pedriza concretamente,  el GPS es un aparato del que se puede prescindir completamente. En un altísimo porcentaje, los senderos por la Pedriza son sencillos de recorrer y están bien señalizados, las guías de escalada te dicen  hasta la distancia entre paraboles, pero si pierdes el camino en zonas como Navajuelos un día de niebla, el mejor de los GPS’s no te librará del susto, o en su caso de la tragedia.

“A la montaña hay que respetarla”, dice mi interlocutor, y le contesto: ¡no respetarla no!, hay que acojonarse ante su sola presencia, y perdón por la expresión,  y no olvidarse de dar las gracias cuando volvemos a casa, porque sin duda una vez más nos ha dejado salir con vida. Debo reconocer que hoy en día muchos “usuarios” de entornos como la Pedriza, pasan más tiempo leyendo la letra pequeña de sus pólizas de seguro, que consultando a alguien con un mínimo de conocimiento, que gastan el dinero en brújulas y no en sencillos mapas de curvas,  que solo tienen fe en monitores profesionales, pero eso si, solo en aquellos que disponen de la pertinente acreditación, a los que han pagado previamente; y que no son capaces de ir solos ni al cuarto de baño. Yo les recomiendo encarecidamente los parques de atracciones, sobre todo esos de “aventura”, que te permiten por un precio módico sentirte Indiana Jones con toda la familia, mientras segregas litros y litros de de adrenalina de árbol en árbol, bajo la mirada atenta del funcionario al cargo de la atracción.


Los blogs deberían prohibirlos, porque como bien  dice mi increpador, “los lee cualquiera”; y le corrijo: Yo no incito a nadie a matarse, ni siquiera a mí mismo, de hecho en más de una ocasión me ha vencido el miedo en la montaña, y me he retirado con el rabo entre las piernas. La Pedriza no es peligrosa, los peligrosos son los despistados, los que acaban allí porque no han encontrado sitio en el aparcamiento de Navacerrada, los que acaban intentando escalar en placas infestadas de paraboles, atiborrados de carísimas cintas exprés,  después de un cursillo de siete días en un placódromo, y por supuesto los que creen que el GPS les conducirá por la montaña, como Moisés condujo a los judíos por el desierto.


P.D. En su respuesta a mi comentario, afirma que su padre era un vago. Yo no insultaría a mi padre ni bajo tortura.

Por cierto ya puestos, felicitar a Vía Clásica por ese pedazo de canal televisivo que se ha montado. Este Uge García es un auténtico monstruo, y por si alguien tenía dudas hoy por hoy, es el número uno del ramo, una referencia a nivel nacional. Va por usted Sr. García.


Otro día en el paraíso (y 7)

DE VUELTA AL MUNDO

Aquí voy, sentado en el coche de vuelta a casa, todavía puedo notar en mis manos la sensación del granito arañando mis dedos sin piedad, el aliento del vacío sobre mi cuello, y el jadeo constante de Juan treinta metros por encima de mí. Voy levitando sobre el asiento, y menos mal que no conduzco porque estoy convencido de que esta ingravidez que padezco, acabaría en tragedia para todos.

Estoy confundido, y a la vez aterrorizado pensando que tal vez más dura será la caída, y que una vez pasado en influjo de esta gloria que ahora me llena, mi vida vuelva al pozo donde se encontraba dos días atrás.

-Quiero decirte algo Juan- le dije a mi compañero sin dirigirle la mirada.
-Soy todo oídos.
-El viernes, cuando me llamaste para venir aquí, estaba pensando en quitarme la vida.
-¿Así sin más?- respondió escuetamente girando levemente la cabeza.
-Verás. Lo he perdido todo, Aurora, la empresa, la esperanza…

En ese momento Juan detuvo el coche en la cuneta, y paró el motor. La tarde llegaba a su fin y los cirros pintados de azul oscuro y rojo cerraban el horizonte hacia el oeste.


-Bueno ahora es verdad que no sé lo que hacer, después de un día como hoy uno se hace preguntas.
-¿Y qué ha tenido de especial un día como hoy?
- lo hemos conseguido, hemos liberado la vía, hemos hecho algo grande ¿no?
-Bueno es una forma de verlo.
- Venga ya Juan,  hoy hemos hecho algo grande, majestuoso, ¿o acaso no te has dado cuenta?
Veras amigo Cristóbal, hoy hemos escalado, nos hemos divertido, ha sido un buen día pero no hemos hecho nada grandioso.
- ¿Qué quieres decir con que no hemos hecho nada grandioso?, esta vía la han intentado liberar, tíos con años de experiencia y clase en esto de la escalada ¿no?
- ¿Sabes que es lo mejor de la escalada?: el compromiso. Saber que durante unas horas vas a compartir tu vida con alguien a quien aprecias profundamente, que vas a fundir tu alma con el compañero, y que cuando el listón está alto no lo vas a hacer  con cualquiera, en pocas palabras: amistad. Se puede hacer de otras maneras pero no trasciende. Nadie nos aplaude, ni recibimos grandes premios, tal vez dentro de algún tiempo, alguien escribirá con letras gordas nuestros nombres en alguna guía de escalada, cuando todos nos hayan olvidado, pero la roca habrá forjado en nosotros algo que jamás desaparecerá.


-Joder Juan me estas asustando.

- Déjame que te cuente algo: ¿Recuerdas a Sebas, que su madre trabajaba en unos grandes almacenes? Era algo mayor que nosotros y tiene estudios universitarios.
- Claro que le recuerdo, era de la pandilla, el tío con más geta del universo, hace un siglo que no le veo, no sé qué fue de él.
- Bien, pues yo ahora le veo con cierta frecuencia.
- Nunca me has dicho nada, no sabía que siguieras viendo a nadie de la vieja guardia.
- Sebas estudió veterinaria en la Complutense, y cuando terminó la carrera puso una clínica con un compañero cerca de Valdeacederas, pero aquello no funcionó, en parte por desavenencias con su socio, pero en el fondo porque de pronto y sin un motivo aparente, no se veía de doctor ganándose la vida vendiendo abrigos para perros, y ofreciendo tratamientos psicológicos a las mascotas de personajes excéntricos.
- ¿Y?
- Pues que dejó la clínica para fundar un refugio para animales desvalidos, abandonados, o maltratados, y es en lo que está en este momento.
- ¿Por qué me cuentas todo esto?, no entiendo nada pero intuyo un mensaje oculto en la historia.
- Hace seis meses, al bueno de Sebas, le tocaron unos millones en la lotería, ya sabes como diría más de uno, Dios le da pañuelo a quien no tiene mocos.
- Sí , en eso llevas razón
-Después de varios años sin verle, el tipo me llama y me pregunta de sopetón: ¿Me ayudarías en un proyecto que tengo en mente?
-Claro que te ayudaré, en lo que pueda, en aquello que esté a mi alcance. Le contesté.
- ¿Y qué proyecto era ese?

- El menda, se va al colegio de las monjas de San Vicente de Paul, y le dice a la superiora: ¿Les importaría que me hiciese cargo del comedor social que tienen ustedes en la calle de Eloy Gonzalo? Las monjas no dan crédito a la propuesta, expresada a sí sin más, de repente, en un principio cree que el guaje las está tomando el pelo, pero le contesta que no, que no las importa, que una ayudita nunca viene mal, y que Nuestro Señor siempre estará dispuesto a recompensar al caritativo. Con las mismas se va a Caritas y les propone una historia parecida. En resumen, que coge toda pasta de la lotería, hasta el último duro, y lo dedica a gestionar comedores para los pobres, y ha conseguido convencer a unos cuantos para poner en marcha alojamientos para familias sin hogar, mujeres maltratadas, etc.

- ¿Y tú que pintas en todo esto?
- Bien, él quería que yo le ayudase con la gestión de todo el tinglao, que necesitaba alguien de su confianza para hacer una fundación o no sé qué. Le dije que no, que yo soy chapista y no tengo experiencia en eso de gestionar, que no he pasado del colegio del Boliche, y que seguro que si lo organizaba yo acabaríamos en la ruina, buscándonos la vida con el personal al que queríamos alimentar, pero no obstante acepté ayudarle, y  muchos días cuando acabo en el curro le echo una mano.

- Hay gente sorprendente, una manera extraña y extravagante de invertir la lotería.
- No has entendido nada Cris, pero no te culpo.
-  Es que has dicho que ha invertido “todo”, y no me negaras que no es corriente y realmente en el mundo en que vivimos esto, está  de hecho  considerado como una excentricidad, hasta seguro que hay gente que lo consideraría una irresponsabilidad.
-Nosotros hemos hecho algo grande, pero lo que realmente hemos ganado es engordar nuestro ego, quizás como ya te he dicho, alguien nos ofrecerá poner nuestra imagen a una marca de calzado o similar. A lo mejor incluso nos hacemos millonarios…
- Bueno todo el mundo persigue una meta, y alcanzarla no creo que sea un pecado.

-La grandeza se mide por el impacto que tus actos tienen sobre los demás; Si eres capaz de renunciar por un momento a  todo lo que tienes, para que un pobre desgraciado pueda permanecer otro día en el paraíso, un solo día más en el paraíso, entonces habrás hecho algo grande y habrá merecido la pena. El Sebas pasará a formar parte de la historia, de esa historia que no se escribe en los libros, de esa historia que no se cuenta, de esa historia de la que solo pueden presumir unos pocos, porque el beneficio no está en este mundo, ni en el otro, es un “Dios te lo pagará”, y ahora es feliz cumpliendo sus sueños entre animales y excluidos de la sociedad, aunque los acomodados de esa misma sociedad le llamen idiota constantemente, y le consideren un peligro para la misma, mientras se atormentan pensando en lo harían ellos con toda esa pasta. Eso es grandeza Cris. Ética compañero, de ética es de lo que estamos hablando.


Ha sido un día muy largo, no, un día más bien denso, jodido y apretado, hemos conseguido un logro pero se me ha quedado cara de imbécil, acabaré mi viaje con este “desconocido”,  volveré a casa y reflexionaré, me siento cansado y un poco vacío, además de un poco arrogante, me creía el centro del universo y hoy me acaban de mandar a uno de sus rincones de  una patada en el mismísimo culo.


FIN