Pisé la Pedriza por primera vez en el otoño de 1.970, y lo hice para subirme a la inaccesible cueva de la Mora, lo que resultó toda una experiencia que marcó mi vida. por supuesto ni yo era importante entonces, ni lo soy ahora. En aquellos años cientos de mujeres en el Campus de la universidad de Berkeley, California, quemaban sus sujetadores como protesta, iniciando así el asalto al edificio de la desigualdad en el mundo industrializado.
Mientras tanto, en España, se quemaban simbolicamente las legendarias "sexto grado" de Kamet, sustituyéndolas por una extravagante especie de zapatillas de baloncesto con una suela de goma lisa y negra llamadas "pies de gato". Eran por supuesto un atentado contra la reciedumbre montañera, pero traían con ellas la semilla de la revuelta. Los Lucas, Teógenes, Ortiz, Tresaco, etc. forzaron la cerradura de la caja de Pandora de la escalada, y armados con las novedosas botas, los descamisados melenudos entraron a saco para vaciarla.
Con los restos de las ultimas Cletas, el Calavera, se dio el gustazo de pasearse a pelo por la sur del Yelmo entre sus dos guardianes como si con él no fuera la cosa; Daniel Guirles, sintió envidia de Paco, y nos enseño a todos de lo que era capaz de hacer entre la Valkiria y la Vikinga. Jesús "todopoderoso" Gálvez, empezó a buscar sus "séptimos" por el lugar mas raro de la Pedriza, un caos por encima del Hueso, justo allí por dónde Wimbor había descubierto el Paraiso. Entretanto, el dictador fijaba su residencia definitiva en el Valle de los caídos. el cambio era una vez mas ineludible: Los pantalones de pintor se alzaban sobre los bávaros de pana, cubriendo las pantorrillas de los recios, y las escalerillas con pedales de aluminio: al baúl. Llegaban los "Freakies".
En los 80's la cosa parecía definitiva: Gobierno socialista, mercado común, el comunismo en pelotas..., pareciera que el orden universal estuviera por fin definitivamente establecido, pero lo dijo Joan Manuel: el ser humano nunca deja de joder con la pelota. Yo era un escalador de tercera mas feliz que las pesetas, rodeado de monstruos de la new age: Fernando Cobo, Los hermanos Murcia, Félix de Pablos, Guillermo Mateo, etc. cuando de repente, el viejo profesor avala la "movida madrileña" y en un abrir y cerrar de ojos cambiamos sin anestesia a Triana por Hombres G, el rock progresivo por la New wave. Un desastre. en esa tesitura los melenudos hombres de la Pedriza, comienzan a esculpir musculaturas de gimnasta olímpico a base de paneles de resina y presas atornilladas, algo se mueve no hay duda.
Así pues, algunos toman partido por el aire libre y venga, en la mitad de la década los Carlos Ruiz "Snoopy", Luis Santamaría, Carlos Suarez y otros muchos, irrumpen a saco entre los melenas para practicar el ballet sobre placas de granito con 80 grados de inclinación. Una barbaridad. Solo se usa un centímetro de pie de gato en la puntera, (que despilfarro) ¿y de las yemas de los dedos?: olvídate, pasarán a formar parte de la "Mater misericordiam" en el risco de la Peseta.
Como admiro a estos tíos, es mas como los envidio. Solo les obliga la razón, o quizá la sinrazón para hacer lo que hacen: Quemar cartillas militares, enfrentarse con los brazos en alto a los blindados en las plazas públicas, dejarse el alma en cada regleta de cuarzo los fines de semana. Lo hacen sin prescindir del pasado, sin recibir aplausos ni medallas, y sin embargo, se llevan al mundo sobre sus espaldas.
¿Cual será el próximo cambio? ¿La última revolución? Es dificil saberlo pero hay algunos indicios para la especulación: Los cereales ya no dan de comer, son biocombustible. Los hidrocarburos son bonos bursátiles, y empiezan a escasear. Y el mundo se empobrece de forma exponencial, irremediablemente. En los siguientes cincuenta años habrán desaparecido todos los glaciares en España, y gran parte de los alpinos. En esa tesitura, dios no me oiga, los Gálvez del futuro tendrán su esperado cambio: Buscar un lugar remoto donde soñar con fisuras al aire libre, soñar con árboles y praderas más allá de Internet, habilitar bolsillos en los macutos para la máscara anti-gas, y cuerdas de cáñamo ante la escasez del plástico.
Los que aprendimos con la generación anterior tenemos que darnos prisa, quiero contarle a la gente que vi jurar bandera a Loquillo en Colmenar viejo, que le fuí recogíendo la ferretería de la pared a Maxi Murcia en la "Ezequiel", al pico de la miel, y lo quiero hacer recordando al Mogoteras, mientras me retuerzo recostado en la pradera de los Lobos junto al Cerdito, con la mirada fija en el espolón de Peña Sirio .
Ojalá me equivoque y el próximo cambio sea escalar cabeza abajo por la sur del Pájaro.
Ojalá me equivoque y el próximo cambio sea escalar cabeza abajo por la sur del Pájaro.
1 comentario:
me ha encantado tu reflexion.No pares de escribir.
salu2
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