A quien pudiera interesar

Me escribe un desconocido, preguntando ¿quien soy yo?, ¿quien me ha dado vela en este entierro?. Creí haber dejado claras mis intenciones en una entrada, pero hay gente que tiene sus dudas y le responderé con gusto.

Nunca ha sido ni será mi intención, hablar sobre mis actividades sean las que sean. No puedo competir con esas páginas maravillosas que hablan de escaladas y de gente a las que sin duda me gustaría parecerme, (MIS TERRORES FAVORITOS, SUBIDOS AL PEÑASCO, EL BUSCADOR DE LINEAS, etc.). Y páginas de senderismo llenas de concienzudos datos a base GPS, y exhaustivas explicaciones técnicas, hay unas cuantas; así que me buscado un hueco donde un personaje del siglo pasado tuviera algo diferente que contar, y si he de ser sincero poco a poco, y con el apoyo incondicional de VIA CLASICA, la gente empezó a entrar tímidamente en mi humilde hogar.


La Pedriza es un mundo polifacético y vulnerable, donde confluyen diferentes clases de personas, que al parecer no tienen ningún punto de encuentro, a pesar de estar utilizando el mismo terreno de juego. A los escaladores solo les interesa la escalada, y a los senderistas los senderos, y a los negociantes les da todo igual. Así que, mi prioridad es el medio, es decir la Pedriza con todos sus habitantes, clásicos, deportivos, despistaos…, y mi manera de llegar a la solución, es a través de la divulgación activa, es decir, enseñar a la gente que para participar de la naturaleza, no hay nada como conocer todo y a todos los que forman parte de su historia, inculcar amor, sentimiento, y respeto por ese lugar, que desinteresadamente te permite gozar, disfrutar, sentir, y realizarte, cediendo todos sus medios sin pedir nada a cambio.

Las marchas heroicas, les parecerán payasadas a los escaladores, de la misma manera que el 6c+, A0 / 7a, les parecerá una ecuación sin sentido a los marchadores, lo mío pretende ser atención global, me da igual si son chapas de 3000 Kn, o escaleras grapadas a los árboles; líneas de vida, o puentes tibetanos, solo me importa el respeto absoluto, y llamar la atención de los candidatos a lobotomizado, teniendo en cuenta sobre todo, a todos aquellos residentes animales, vegetales, y minerales, que al parecer no tienen ni voz ni voto.


Pido perdón a quienes puedan pensar que ahora solo soy un radical entregado al cóctel Molotoff contra los sufridos escaladores, cuando debería seguir contando historias y fotografiando el monte, pero me pregunto: ¿mis historias solo gustan si hablan acerca de jugar al corro de la patata en la pradera de los lobos?, ¿debería describir solo la enorme variedad de menús turísticos en los bares de Canto Cochino?, ¿debería solo protestar enérgicamente, por las terribles incomodidades que padecen los turistas, en la cola de entrada al Parque Regional?.

¿Quien soy? Pues pregúntale a Félix “el calvo”, a Paco Murcia y a su hermano Maxi,( me salvaron la vida en el 2.003) y a Fernando Cobo, derrotado junto con los Murcia en la India por un hornillo, , a Carmen Portilla (hermana de) cuando trabajaba en el Gregorio Marañón Yo era el motorista que le suministraba trozos de “paciente” desde el IPR, todos ellos socios cuasi fundadores de “al filo” (Que hubiera sido de Sebastián sin ellos),

A Martínez de Pisón quien colaborara con la Asociación para la Defensa de la Montaña ADM, elaborando un proyecto de Parque Nacional en Gredos, en los años en que Adolfo Suárez vislumbró telesillas en los Barrerones, a Joaquinito al que nadie le advirtió que escalar en el Torreón de la Moneda, como en cualquiera de los cuchillos de Contreras, era intrínsecamente peligroso, a Andrés Pérez “Peter” hijo de madre inglesa con el que compartí frío, mucho frío en Els Encantats; tampoco sabía que escalar era intrínsecamente peligroso, a Loquillo, sin duda el tipo mas elegante de todo el circo, a quien tuve el gusto de conocer en la pared de Santillana, y mas tarde viera jurar bandera en Colmenar Viejo, (el si que sabe de lo peligroso de escalar en Riglos), al “chupe”, al “Tierno” y a los nueve más que nos mojamos en la cumbre del Torreón de los Galayos ( dos buriles, una argolla, dos rápeles por la Teógenes, y destrepe hasta las Flores) sitio del que nadie nos advirtió por cierto, de que era un lugar intrínsecamente peligroso.

A Ramón Ladrá, a mi buen amigo Guillermo Mateo, tuve el placer de conocerle en Galayos, y luego en el Yelmo, y luego en… un tipo ¡enorme!, y que abracé no hace mucho en el camino del Collado Cabrón, poco antes de su desaparición en el Himalaya, a Antonio Luis, amigo del “Ardilla” y del “Mogo”, el marido de la “zapatera” quien me enseñó los fundamentos técnicos de este negocio en la Rivas del Pájaro, (cuando todavía estaba la rama del árbol), vecino de Carlos Soria en Manzanares, a los primeros forros de colorines salidos de la factoría del “Kala y el Kapi”, a la muralla del castillo de la triste condesa, la más repetida de todos los castillos del mundo (en períodos de paz evidentemente) en una Semana Santa lluviosa la escalé seis veces en una noche antes de que desaparecieran todas las bombillas de las farolas……¡Ah! Carlos Ruiz “Snoopy” no tiene ni la menor idea de quien soy, pero respeta profundamente a las víboras, lo que le convierte en mi hermano de respetos.

Por desgracia algunos no te responderán, están muertos.

Es lo que tenemos: y no se puede reproducir