Ruta de las praderas - parte 2

Desde la Gran Cañada, la ascensión se vuelve perezosa y cansina, a estas horas de la tarde con el sol pegando, hay ganas de llegar, pero cuesta. A eso de las seis y media todo el mundo ha llegado a su destino, incluso Juanma que curra de paleta en Vallecas, viene directamente del curro, y se ha pegado la línea 1 entera para llegar a Plaza de Castilla, a tiempo para coger el bus. Una vez en la pradera, los macutos vuelan en dirección al suelo junto a las paredes frente a la gran losa de la cara sur.

La pradera del Yelmo es un duplicado de la Gran Gran Cañada, unos metros mas arriba. En lugar de arroyo, tiene un tenue manantial de difícil acceso en verano pero suele haber agua si la primavera ha sido buena en lluvias, y además está el Yelmo, es la azotea de la Pedriza. Es verdad que las Torres son mas altas, pero no hay color, aquí se respira...¡gloria!

A eso de las diez todo el campo esta montado. Desde que vengo a dormir al monte me hago la misma pregunta: ¿por qué se pondrán todas la colchonetas en fila, unas al lado de las otras? No hay respuesta así que me concentro en el tema de la cena. La elite se coloca una linterna en la cabeza sujeta con una cinta elástica, mientras que los clase mas baja sacamos el linternón de pilas gordas, con un alcance de quince centímetros de luz amarillenta, de una inutilidad demostrada. las tortillas corren veloces entre los comensales ya en plena oscuridad, y el desparramo es absoluto al cuarto de hora. La hora de dormir se acerca, risas, tabaco, y bravuconadas; toca soñar con el día de mañana, para los novatos como yo será complicado pegar el ojo.

Ya es domingo en el Yelmo. Unos y otros deambulan por la pradera buscando las opciones, que no son muchas, hay tres cuerdas para ocho y hay que organizarse. Las jerarquías entre los escaladores, son como las de las tribus africanas, sustituyendo las vacas por el material de escalada. Si tienes arnés, cuerda y mosquetones de aluminio, además de un extenso juego de pitones, no hay la menor duda: tu eres el jefe, y decides quien es el pringao que te va a recuperar el material.

Se ha decidido (sin contar conmigo por supuesto), que vamos a hacer una cordada de tres para subir por la Walkiria, una vía que recorre el gendarme de la izquierda para terminar por la cara oeste, por la Valentina, a mi me da un poco igual, llevo dos telediarios en esto, y además mi opinión es minimamente considerada, absolutamente desconsiderada. Voy con Juanma, poseedor de una cantidad considerable de vacas, y con el Gelito, un veterano de diecisiete castañas curtido en mil escaladas, pero con solo dos mosquetones mas que yo, así que queda claro el orden: Juanma de primero, yo en el medio, y el Geli de recuperón.

Con protocolos perfectamente definidos, sacamos el material. Juanma estira la cuerda y pregunta al Geli con cierta indiferencia y mucha suficiencia:
- ¿Tu que prefieres, Mamut o Edelriz?
- Yo prefiero a tu hermana pero no traga - contesta el interfecto
- ¿A ti no te ha dicho nadie que eres un gilipollas? - replica con sorna Juanma
- Joder Juanma, tampoco es pa ponerse así.

En mitad de la discusión, me hago notar con una observación:
- ¿Esa cuerda es de cuarenta metros?
- Bueno alguno menos quizás, el otro día al bajar de la Piloto vi alguna flor y le pegue unos cortes - contesta el dueño como si tal cosa
- es que me da la sensación de vamos ha hacer la Walkiria en quince largos.
- Otro niñato listo, tu lo que tienes que hacer es ponerte un calcetín en la boca pringao.

Ofendido, pero que muy ofendido el gran jefe. Hoy he aprendido a meterme la lengua en el culo cuando hablan las grandes estrellas. Con todos los problemas resueltos, nos encaminamos al gendarme, el Luismi y mogotitos, ya están en la base de los Higinios, y el resto se ha ido a la norte. En fin vamos en silencio, yo como voy de convidado de piedra no tengo funciones en la operativa, voy algo nervioso, nunca he subido por la sur, solo una vez he subido con Ángel por la Rodrigo Pegaso, será mi oportunidad de integrarme en la panda.

La pradera del Yelmo, un lugar... ¡perfecto!

...Continuará

4 comentarios:

El Patxi dijo...

JAJAJAJAJAJAJA..cojonudo...lo mejor:
.-Yo prefiero a tu hermana pero no traga-....jajajajjajajaja......
Espero ansioso el siguiente capítulo!!

Un saludo.

Kiko dijo...

¿Por la vikinga ni os imaginabais subir no?.....esa debía ser la vía terrorifica de aquella época ¿verdad?.....................

Que tiempo aquello de la linternaza, a pilas.....y que pilas! las más típicas que recuerdo eran las tudor azules o las cegasa.......todas con su consiguiente churretera roja ácida.

trippero dijo...

A finales de 1.971 yo había escalado cuatro veces en la Pedriza, dos de ellas con botas de militar, la Vikinga, era una utopía para elementos con catorce años, que considerábomos héroes a gente de diecisiete, y todas nuestras posesiones materiales se reducían a unas cletas sin suela y media docena de mosquetones de hierro.

El Centinela González dijo...

Yo tenia mosquetones de hierro de 40 pesetas de Gonza y de acero de 70 pts de la Flecha de Oro, los de acero eran Bonattis, y tuve UN mosquetón de aluminio Charles Mosser, y un par de estrivos, los clavos los sacaba de la roca y los que compré lo hice a larubia de la calle Carnero,que menuda pava.