César Pérez de Tudela





Sígueme por el camino,  difícil y tortuoso
Que marca mi destino.
Vente por el laberinto, intrincado y misterioso

Donde nos lleve el instinto.

¿Hubiera sido todo igual? Es de suponer que sí; sin embargo la historia nos recuerda que de todo lo que sucede hay alguien responsable, alguien a quien señalaremos con el dedo, alguien a quien recordaremos el resto de nuestras vidas por lo que hizo.

En 1970 el conocimiento que yo tenía de la Pedriza, era de aquel sitio mágico adonde lavar el coche, ese coche utilitario recién comprado, mientras las tiras de panceta, en España todavía no se había inventado el "beicon", crepitaban en la parrilla, y las botellas de gaseosa y vino peleón (aquí no estoy del todo seguro pero creo que no se habían inventado los botellines) se refrescaban en las frías aguas del Manzanares cerca de Canto cochino. Crecí delante de un televisor en blanco y negro; sentado frente a él en el tresillo de eskay, rellenaba a borbotones mi cerebro de fantasía con mis personajes favoritos: El hombre de los pájaros, la mamá del millón... y como no allí estaba él, con aquella nariz de águila culebrera, y con su mirada perdida. buceando constantemente entre sus pensamientos mientras hablaba, como si tuviera miedo de no hacerse entender por sus interlocutores, era César, "el Tudela" como le llamábamos siempre.

¿Cómo era posible estar dotado con semejante enciclopedia en la cabeza ? y lo que es más, ¿cómo se puede responder con tanto aplomo a tan dificilísimas preguntas? Debía tratarse de un gran hombre, un hombre eminente, y vaya si lo es.

A  través de las nieves en los crudos inviernos
A  través del infierno.
Juntos vamos a hacer de la desdicha suerte
Y  juntos estaremos hasta la muerte. Y  juntos estaremos… hasta la muerte.

Como los grandes siempre controvertido, centro geométrico de las criticas y núcleo de la envidia, pero indiscutido en su ámbito, querido en su entorno. Así somos los españoles, vehementes y viscerales. En 1935 Teógenes y su cuadrilla le dio una vuelta de tuerca al funambulismo de altura en el risco del Pájaro, en la insólita Pedriza del Manzanares, tal fue la dichosa vuelta que tuvieron que transcurrir veinticuatro años y una guerra civil, para que otra cuadrilla de alucinados se atreviera con sus verticales vidrieras, esta vez por las llambrías del sol naciente:
           
            "Comenzamos subiendo las primeras placas, y nos enfrentamos a un paisaje muy duro (...) que catalogamos de sexto grado"
 (César Pérez de Tudela, 32 sedas de la vertical - César Castro)

¡Sexto grado, qué barbaridad! ¿Qué diablos es "sexto grado"?, nos preguntábamos los imberbes usuarios del sonajero, pues eso es lo que Pedro Ramos, Miguel A. Herrero, y César Pérez de Tudela hicieron aquel verano no muy lejos de mi casa en el barrio de Chamberí. Había montañas junto a mi barrio y fue César quien nos lo dijo. En el sesenta y nueve protagonista en la primera desgracia radiada en la montaña, participó junto a otros insignes en la tragedia de Lastra y Arrabal en la oeste del Picu. En 1970 la polémica:

             "Sobrevivió tras seis días y seis noches sin refugio alguno, saco de dormir, que se había llevado su compañero el famoso alpinista y explorador italiano W. Bonatti, descendiendo solo por ventisqueros y precipicios, ríos y cataratas, en valles entonces desconocidos. No comió nada en seis días. Fue víctima de un estado "hipnagógico" de alucinaciones y ensueños." (¿Qué pasó en el   Aconcagua?)

En 1971 la desgracia. En una expedición al Tirich Mir muere Elena, el diario Pueblo publica: "Elena, atracción de los nativos" en un artículo firmado por el Mogoteras, su buen amigo Paco. La prensa siembre ahí, su sombra y su talismán

 En febrero del setenta y tres con un formidable despliegue mediático, se encaramó al estrellato en aquella losa grisácea de los Picos de Europa con José A. Lucas, el murciano, y el Ardilla; fanfarrias y cohetes para los héroes en Cabrales.

            "A lo largo de veinte jornadas, la televisión pública -la única que había    entonces- informó de la escalada en todos los telediarios, los principales rotativos y periódicos dieron cumplida cuenta a diario de los sucesos del Naranjo. Tanto fue así, que las retransmisiones desde Picos despertaban mayor  expectación que los partidos de fútbol”.

Sígueme por ventisqueros, por quebradas y glaciares
por peligrosos senderos.
A través de los mares, proceloso  y fieros
de mis muchos pesares.

Los que nunca soñamos con gestas ahora si éramos capaces, ahora podéis, parecía decirnos, y con apenas unos pelillos bajo la nariz, seguíamos sin dudar a su estandarte. Gloria y tragedia, triunfo y desastre, siempre él siempre allí, en el foco, a pecho descubierto. Para recibir flores y escuchar insultos, siempre él. Toda una vida dedicada a la difícil tarea de la comprensión, de abrir caminos y mentes de allanar la senda a los demás. Mil gracias César, eres sin yo saberlo ni tú ser consciente, mi mentor.

A  través de paisajes calcinados y yertos
a través del desierto.
Juntos vamos a hacer de la desdicha suerte
y juntos estaremos hasta la muerte
y juntos estaremos… hasta la muerte”.

                                                                                         Carmen Santonja / Gloria van Aersen
  

1 comentario:

cjarque171 dijo...

A esta insigne Blog,le faltaba un perfil claramente montañero. No podía ser otro que el de Cesar "el pajarito";reconozco abiertamente que si estoy en esto de subir montañas, es por él.-A Cesar lo que es del Cesar y a Dios- lo que es de Dios, así defendió J.Mª Cagigal, nuestro mejor filósofo del deporte a Cesar, su amigo y mi profesor, cuando fue atacado por la prensa, y vilipendiado por muchos de sus coetáneos. Una vez mas el tiempo,inexorable juez,a puesto a cada uno en su sitio. Mi mas sincero homenaje a este hombre menudo,pero grande en personalidad.salud."el jarque"