Que sería de nosotros sin el progreso. ¿Te imaginas?, yendo a trabajar en carro de bueyes, o haciendo fuego con dos palitos. No te gustaría es mejor el TDi y las vitrocerámicas. Estoy de acuerdo, la verdad es que yo tampoco me veo escribiendo con una pluma de ganso, ni afilando piedras de sílex para cazar ciervos. Así que: viva la tecnología.
He llegado a la conclusión, de que lo que mas nos gusta de las nuevas tecnologías, es el aparato; no lo que hace el aparato, es la máquina en si misma lo que nos apasiona. Veo a la gente acariciando su "móvil" y mirándole con cara de perro apaleao, susurrándole, y me emociono, veo al personal pasándole el paño al 16 válvulas y comprobando por enésima vez la resplandeciente estampa del salpicadero digital ( a veces lloro ), en definitiva el personal es feliz con sus máquinas, aunque aveces ni siquiera sepan para que sirven.
¿Y a cuento de que viene esta monserga? te preguntarás. Pues bien, el Domingo en uno de mis paseos, coincidí con dos senderistas en el collado de la dehesilla, o de la Silla, o como quieras llamarlo, y ambos dos blandían sus GPS's cual mosqueteros reales. Yo arrime la oreja porque soy cotilla profesional, por lo que pude enterarme de los kilómetros desde canto Cochino hasta el collado, los nosecuantos tracks marcados, waypoints en la ruta, y a partir de ahí la ventajas y maravillas de un aparato sobre el otro. Una vez terminada la contienda con resultado "combate nulo", los dos esforzados continuaron hacia el Yelmo.
Me quedo pensativo, y me pregunto ¿para que querrá un tuareg un submarino?, y es que yo que presumo de que somos los mas listos, y no nos perdemos ni de noche, no tengo GPS y estoy preocupado. ¿ seré capaz en el futuro de ir al Tolmo sin GPS ?, ¿ cuantos waypoints se necesitan para ir a la gran Cañada ?, a lo mejor me convierto en un abuelo retrógrado de los que encienden los "Celtas" con chisquero.
Creo que en la vida hay cosas cuyo valor reside en el esfuerzo, la habilidad, o el riesgo que conlleva conseguirlas. ´Lo que me atrajo primero a escalar, fué esa sensación de hormigueo constante a pie de vía, ese sudor frío intentando dar los últimos dos pasos de la travesía de la "Higinios" al Yelmo con unas Kamet mixtas, mas tarde me atrajo la enorme cantidad de fé necesaria para llegar al Cocodrilo por el infame callejón de las Abejas.
Intento imaginar la vía Gálvez al Yelmo, con ciento doce chapas en su itinerario, o una escalera de hierro con unos cables de acero a los lados en el Escudo del Pájaro, o quizá un teleférico para subir al collado de la Carabina, donde por supuesto estaría ubicado el "Hostal del Miradero".
Estoy de acuerdo con el progreso, tengo móvil ( aunque no se para que sirven el 90% de sus funciones) y voy a la Pedri en coche, pero quiero guardarme algo que no me deje olvidar mis orígenes de mono, subir a la Bola del Mundo en telesilla, no proporciona ningún placer, escalar sin miedo a caerse, es otro deporte.
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