Otro día en el paraíso (y 7)

DE VUELTA AL MUNDO

Aquí voy, sentado en el coche de vuelta a casa, todavía puedo notar en mis manos la sensación del granito arañando mis dedos sin piedad, el aliento del vacío sobre mi cuello, y el jadeo constante de Juan treinta metros por encima de mí. Voy levitando sobre el asiento, y menos mal que no conduzco porque estoy convencido de que esta ingravidez que padezco, acabaría en tragedia para todos.

Estoy confundido, y a la vez aterrorizado pensando que tal vez más dura será la caída, y que una vez pasado en influjo de esta gloria que ahora me llena, mi vida vuelva al pozo donde se encontraba dos días atrás.

-Quiero decirte algo Juan- le dije a mi compañero sin dirigirle la mirada.
-Soy todo oídos.
-El viernes, cuando me llamaste para venir aquí, estaba pensando en quitarme la vida.
-¿Así sin más?- respondió escuetamente girando levemente la cabeza.
-Verás. Lo he perdido todo, Aurora, la empresa, la esperanza…

En ese momento Juan detuvo el coche en la cuneta, y paró el motor. La tarde llegaba a su fin y los cirros pintados de azul oscuro y rojo cerraban el horizonte hacia el oeste.


-Bueno ahora es verdad que no sé lo que hacer, después de un día como hoy uno se hace preguntas.
-¿Y qué ha tenido de especial un día como hoy?
- lo hemos conseguido, hemos liberado la vía, hemos hecho algo grande ¿no?
-Bueno es una forma de verlo.
- Venga ya Juan,  hoy hemos hecho algo grande, majestuoso, ¿o acaso no te has dado cuenta?
Veras amigo Cristóbal, hoy hemos escalado, nos hemos divertido, ha sido un buen día pero no hemos hecho nada grandioso.
- ¿Qué quieres decir con que no hemos hecho nada grandioso?, esta vía la han intentado liberar, tíos con años de experiencia y clase en esto de la escalada ¿no?
- ¿Sabes que es lo mejor de la escalada?: el compromiso. Saber que durante unas horas vas a compartir tu vida con alguien a quien aprecias profundamente, que vas a fundir tu alma con el compañero, y que cuando el listón está alto no lo vas a hacer  con cualquiera, en pocas palabras: amistad. Se puede hacer de otras maneras pero no trasciende. Nadie nos aplaude, ni recibimos grandes premios, tal vez dentro de algún tiempo, alguien escribirá con letras gordas nuestros nombres en alguna guía de escalada, cuando todos nos hayan olvidado, pero la roca habrá forjado en nosotros algo que jamás desaparecerá.


-Joder Juan me estas asustando.

- Déjame que te cuente algo: ¿Recuerdas a Sebas, que su madre trabajaba en unos grandes almacenes? Era algo mayor que nosotros y tiene estudios universitarios.
- Claro que le recuerdo, era de la pandilla, el tío con más geta del universo, hace un siglo que no le veo, no sé qué fue de él.
- Bien, pues yo ahora le veo con cierta frecuencia.
- Nunca me has dicho nada, no sabía que siguieras viendo a nadie de la vieja guardia.
- Sebas estudió veterinaria en la Complutense, y cuando terminó la carrera puso una clínica con un compañero cerca de Valdeacederas, pero aquello no funcionó, en parte por desavenencias con su socio, pero en el fondo porque de pronto y sin un motivo aparente, no se veía de doctor ganándose la vida vendiendo abrigos para perros, y ofreciendo tratamientos psicológicos a las mascotas de personajes excéntricos.
- ¿Y?
- Pues que dejó la clínica para fundar un refugio para animales desvalidos, abandonados, o maltratados, y es en lo que está en este momento.
- ¿Por qué me cuentas todo esto?, no entiendo nada pero intuyo un mensaje oculto en la historia.
- Hace seis meses, al bueno de Sebas, le tocaron unos millones en la lotería, ya sabes como diría más de uno, Dios le da pañuelo a quien no tiene mocos.
- Sí , en eso llevas razón
-Después de varios años sin verle, el tipo me llama y me pregunta de sopetón: ¿Me ayudarías en un proyecto que tengo en mente?
-Claro que te ayudaré, en lo que pueda, en aquello que esté a mi alcance. Le contesté.
- ¿Y qué proyecto era ese?

- El menda, se va al colegio de las monjas de San Vicente de Paul, y le dice a la superiora: ¿Les importaría que me hiciese cargo del comedor social que tienen ustedes en la calle de Eloy Gonzalo? Las monjas no dan crédito a la propuesta, expresada a sí sin más, de repente, en un principio cree que el guaje las está tomando el pelo, pero le contesta que no, que no las importa, que una ayudita nunca viene mal, y que Nuestro Señor siempre estará dispuesto a recompensar al caritativo. Con las mismas se va a Caritas y les propone una historia parecida. En resumen, que coge toda pasta de la lotería, hasta el último duro, y lo dedica a gestionar comedores para los pobres, y ha conseguido convencer a unos cuantos para poner en marcha alojamientos para familias sin hogar, mujeres maltratadas, etc.

- ¿Y tú que pintas en todo esto?
- Bien, él quería que yo le ayudase con la gestión de todo el tinglao, que necesitaba alguien de su confianza para hacer una fundación o no sé qué. Le dije que no, que yo soy chapista y no tengo experiencia en eso de gestionar, que no he pasado del colegio del Boliche, y que seguro que si lo organizaba yo acabaríamos en la ruina, buscándonos la vida con el personal al que queríamos alimentar, pero no obstante acepté ayudarle, y  muchos días cuando acabo en el curro le echo una mano.

- Hay gente sorprendente, una manera extraña y extravagante de invertir la lotería.
- No has entendido nada Cris, pero no te culpo.
-  Es que has dicho que ha invertido “todo”, y no me negaras que no es corriente y realmente en el mundo en que vivimos esto, está  de hecho  considerado como una excentricidad, hasta seguro que hay gente que lo consideraría una irresponsabilidad.
-Nosotros hemos hecho algo grande, pero lo que realmente hemos ganado es engordar nuestro ego, quizás como ya te he dicho, alguien nos ofrecerá poner nuestra imagen a una marca de calzado o similar. A lo mejor incluso nos hacemos millonarios…
- Bueno todo el mundo persigue una meta, y alcanzarla no creo que sea un pecado.

-La grandeza se mide por el impacto que tus actos tienen sobre los demás; Si eres capaz de renunciar por un momento a  todo lo que tienes, para que un pobre desgraciado pueda permanecer otro día en el paraíso, un solo día más en el paraíso, entonces habrás hecho algo grande y habrá merecido la pena. El Sebas pasará a formar parte de la historia, de esa historia que no se escribe en los libros, de esa historia que no se cuenta, de esa historia de la que solo pueden presumir unos pocos, porque el beneficio no está en este mundo, ni en el otro, es un “Dios te lo pagará”, y ahora es feliz cumpliendo sus sueños entre animales y excluidos de la sociedad, aunque los acomodados de esa misma sociedad le llamen idiota constantemente, y le consideren un peligro para la misma, mientras se atormentan pensando en lo harían ellos con toda esa pasta. Eso es grandeza Cris. Ética compañero, de ética es de lo que estamos hablando.


Ha sido un día muy largo, no, un día más bien denso, jodido y apretado, hemos conseguido un logro pero se me ha quedado cara de imbécil, acabaré mi viaje con este “desconocido”,  volveré a casa y reflexionaré, me siento cansado y un poco vacío, además de un poco arrogante, me creía el centro del universo y hoy me acaban de mandar a uno de sus rincones de  una patada en el mismísimo culo.


FIN

3 comentarios:

MCB dijo...

Final sorprendente que desde luego invita a la reflexion.

Muy buena la historia. Enhorabuena

Un abrazo,

canuto dijo...

y ¿de que marca fueron esas tus primeras botas?
es un dato muy importante

Por otro lado es un inesperado final, digno de las películas de finales de los años 60 y 70 de robos, intrigas, etc que tenian un desenlace inesperado

¿ de las vistas en el cine Quevedo?

Anónimo dijo...

Muy bueno trippero. Gracias por compartirlo.

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